miércoles, 13 de agosto de 2014


El niño de los 37 años y un día

  • Un discapacitado mental español pide el indulto a Bolivia tras un año encerrado allí

  • En el penal de Palmasola ha sufrido palizas, descargas eléctricas, hambre y extorsiones


José García, Pepito, en un vídeo grabado para su hermano dentro de...
José García, Pepito, en un vídeo grabado para su hermano dentro de la prisión de Palmasola. ARCHIVO FAMILIAR


Esa mirada perdida de la foto significa entender el mundo a medias, al 66% para ser exactos. El otro 33% es deficiencia mental, un tercio de la realidad a oscuras, la extrañeza de estar despierto. «Estoy bien, estoy bien... una cosa, mándame cinco euros para cenar esta noche», dice a cámara el preso de la camiseta azul, con su desconcierto de hambre, con su mirar ido. «Mi hermano ve la vida como si fuera un niño». Igual por eso le llaman Pepito.
Hace un año que Bolivia le tiene encerrado en la cárcel dePalmasola, donde la policía no se atreve a entrar; hay palizas, extorsiones, virus, droga y hambre; y bandas de presos con palos controlan la vida de 5.000 personas, al español José García Fernández como si no fuera Pepito.
Ni una sola línea sobre su discapacidad intelectual hay escrita en los folios de la sentencia que el pasado 27 de junio -un año esperando el juicio-, condenó a Pepito a ocho años de cárcel por haber intentado sacar del país 16 bolsas de cocaína líquida en el contenedor nervioso de sus tripas. Como dice la jueza Livia Alarcón, el «autor y culpable» José García Fernández deberá vivir recluido en la cárcel de Palmasola hasta «el 27 de junio de 2021».
«No llegará vivo a entonces. Si sigue allí no lo contará. En un año ha sufrido golpes, robos, chantajes, descargas eléctricas y palizas por la droga. Ahora está en un pabellón menos conflictivo, donde no se mete nada por la nariz y sólo mastica coca. Pero ahí no va a estar siete años más, lo acabarán volviendo a meter en el primer pabellón». Habla Manuel García Fernández, el hermano de José que lleva un año cuidando a Pepito.
Cuando Manuel teclea correos y whatsApp a periodistas, envía dinero a la cárcel, inicia campañas en change.org o manda escritos alConsulado español, al Defensor del Pueblo, al Ministerio de Exteriores, a los partidos políticos o a los colectivos humanitarios, no llora. Pero cuando habla, sí. Al final de la charla, llora. «Algún día le devolverán al Pabellón 4. Y me lo acabarán matando. Le han pegado hasta por un plato de sopa. Él genera deudas por su adicción a la coca y no las puede pagar. La droga allí vale menos que la comida, dos dosis de coca cuestan 10 céntimos. Allí todo se compra, todos te engañan y te pegan. Y a él se le manipula fácilmente. Tiene 37 años, pero es como un niño, es como un niño...». Y entonces Manuel deja de hablar.
Por él habla su lucha. La batalla legal que inició desde que supo que al otro lado del mar vivía encarcelado su hermano Pepito, el que había pasado la vida con mamá, el que se había sacado un titulo de ayudante de albañil, el que tenía un informe del Institut Català de la Salut como «discapacitado psíquico definitivo con condición legal de disminuido», el que un día se casó por conveniencia y se fue a Bolivia a saber con quién...
Pepito debía ser un endeudado como tantos y un discapacitado como tan pocos cuando el 25 de junio de 2013 aceptó volver a España con 482 gramos de cocaína en 16 envoltorios de látex metidos en su estómago a cambio de 10.000 euros.
Hacia las 14.00 horas, los policías del Aeropuerto de Viru Viru que hacían el control rutinario de viajeros advirtieron en José «bastante nerviosismo y actitudes extrañas», según la sentencia. Pepito se contradecía en sus respuestas y presentaba «caracteríticas psicosomáticas de personas que ingieren cápsulas con cocaína». El hombre fue trasladado a otras dependencias y a las 19.30 horas logró expulsar las bolsas, algo que quizá le salvó la vida pero seguro que le complicó el futuro. Pepito fue encarcelado de inmediato y Manuel estrenó una vida que ni imaginaba.
Lanzó primero un combate de gestiones y contactos para que no trataran mal a Pepito. Después para que lo sacaran de la prisión deChanchocorito, «donde le daban tales palizas que vomitaba sangre y no se levantaba del suelo». Más tarde para que alguien lo protegiera de las agresiones y las deudas en la de Palmasola, «desde donde me llamaban hasta 50 veces al día pidiéndome dinero», un tiempo en el que Manuel se sintió «abandonado» por las autoridades españolas. Luego para que Pepito tuviera un juicio y una sentencia, algo que llegó a España en una pregunta parlamentaria del PSOE el 28 de mayo y una respuesta del Gobierno el 2 de julio asegurando que el Consulado español ha hecho «numerosas gestiones» para que se acelere el juicio y se pueda pedir el traslado del preso a España.
Y ahora, con la condena en firme por fin, el último arreón de Manuel para ayudar a su hermano, una petición urgente y con la lengua fuera: indulto.
Porque el 14 de septiembre expira un decreto de perdón a presos que ha redactado el Gobierno de Evo Morales, una gracia que no afecta a condenas mayores de ocho años, ni a las que se dictan por delitos de sangre. O sea, la ocasión de Pepito.
Para la solicitud de indulto, Bolivia exige dos informes clave: elIANUS, sobre el proceso judicial del preso, y el certificado de antecedentes penales. Uno de los auxilios buscado por Manuel en los últimos meses ha sido la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos en Bolivia, una ONG que ha logrado agilizar el proceso de José y hace unos días obtuvo el primero de los documentos. Ahora falta el segundo, el que acredita que Pepito jamás tuvo un problema legal antes de su error boliviano.
El pasado jueves 7 de agosto, el Consulado español en Santa Cruz de la Sierra habló con los abogados del Régimen Penitenciario. «Ya están preparando la carpeta del indulto. Sólo esperan el certificado de antecedentes penales que ya ha solicitado», dice el Consulado.
El cónsul, Joan Borrell, hijo del ex ministro socialista Josep Borrell, asegura que irá en persona a Palmasola y hablará con el abogado de oficio de Pepito para acelerar la tramitación.
Cuando la cárcel tenga el certificado de penales, enviará la carpeta al juzgado para que éste emita la resolución de indulto. Después, el Gobierno de Evo Morales decidirá.
Mientras, Pepito espera comiendo yogures de coco y espantando su adicción al polvo de la cocaína con el consuelo masticado de la hoja de la coca. Pero, a veces, se sienta en un banco, mira a la cámara como si no la viera y dice cosas desde su 66% de lucidez: «Quiero llegar a España vivo para que me vea mi mamá».

sábado, 2 de agosto de 2014

POR FIN EN CASA





GRACIAS A DIOS LO CONSIGUIERON CON MUCHO ESFUERZO Y SACRIFICIO PERO POR FIN ESTÁN EN CASA.
Si hablo de mis amigas Sisanda de Etiopía, Monik Colombiana y Grazzia de Corea no se exactamente si del norte o del sur que como anuncio después de una buena temporada desde que salieron de prisión han estado  trabajando mucho y con ayuda de su familia han conseguido volver a casa.

No os podéis imaginar como nos sentimos cuando nos enteramos de que alguna de nosotras vuelve a casa en una sensación alucinante porque cuando estas allí piensas que al salir no vas a querer saber nada mas del tema ni de nadie y es todo lo contrario te solidarizas mas y estas mas sensible con todas estas situaciones.


ASÍ QUE FELICIDADES CHICAS Y ENHORABUENA SER FELICES OS LO MERECÉIS



domingo, 13 de julio de 2014

YA HA PASADO UN AÑO






El día 8/07/2014 izo un año que volví a casa fue un dia muy emotivo para mi lleno de recuerdos llantos, risas pero lo que no falto es mucha ilusión de seguir adelante como he hecho durante todo este tiempo.

Estoy muy orgullosa de mi misma por haber conseguido cosas que nunca creí que conseguiría y creo que aun puedo conseguir mas y de haber recuperado las riendas de mi vida y ha la gente que quiero y que siempre a estado a mi lado sin que yo lo viese.

Así que gracias a Dios puedo decir que ya vuelvo a ser yo.
Os dejo unas fotitos ok.





miércoles, 2 de julio de 2014

LA CARA Y LA CRUZ DE LAS CARCELES BOLIVIANAS

Mientras que para nosotros los extranjeros estar presos en una cárcel boliviana es un infierno sobretodo para los hombres ya que en su caso es una salvajada lo que tienen que llegar a pasar los presos bolivianos se lo pasan de puta madre y sobre todo si tienen plata porque si no tienen plata son tan desgraciados como nosotros. Allí la plata manda alojamientos de lujo(celdas de lujo para que nos entendamos)hasta con servicio y claro con este nivel de vida no pueden faltar las fiestas. Fiestas en las que no falta el alcohol las drogas y por su puesto las chicas pero ¡he! no nos olvidemos que estamos en una cárcel lo recuerdo por si acaso..... Y claro como siempre os dejo documentado de lo que hablo.



domingo, 29 de junio de 2014

POR FIN LLEGO LA SENTENCIA




El viernes 27/6/14 a las 16:00h. por fin sentenciaron a José Fernandez a 8 años de prisión por trafico de sustancias controladas.

Y me explico: digo por fin porque es la única forma de poder ayudar a ese pobre muchacho ya que según  la leí de indulto debes estar sentenciado a menos de 10 años y con la condena ejecutoriada en su caso al tener el tipo de enfermedad que tiene no tendrá que cumplir otros requisitos que son imprescindibles para que se los concedan pero en su caso son diferentes.

Así que espero que Derechos Humanos y el Consulado se pongan las pilas y ayuden a José que en el estado en el que esta no puede seguir allí nadie dice que no pague por lo que ha hecho pero en condiciones humanas.

jueves, 26 de junio de 2014

SE ACERCA EL DIA




Ya empiezo a ponerme nerviosa se va acercando el día en 12 día se cumplirá un año que volví a casa parece mentira lo largo que se me hacían lo años en aquel infierno y lo cortito que se me a hecho este año lleno de emociones reencuentros sentimientos reencontrados opstaculos de todo tipo referentes a tener que integrarme otra vez a la sociedad española ya que el gobierno ya se encargo de hacerme desaparecer como si caer en una cárcel del extranjero fuera la peste porque acá nos dan todo tipo de facilidades para la reinsercion pero fuera nos hunden y nos entierran cuanto mas ondo mejor.

Bueno que me desvió del tema que era alegre pero no puedo evitarlo,pues eso que el día 8/7/14 hará un año que volví a casa y estoy feliz de estar acá de haber recuperado a mi familia de estar con mi marido con mis amigos que havia dado de lado hace muchos años por la mierda de la droga y haber recuperado mi vida también decir que ese día llevare un año y medio sin consumir droga limpia y eso es mi mayor victoria.

Soy feliz y eso es mas de lo nunca hubiera imaginado.
Os de una imagen de mi felicidad.

jueves, 19 de junio de 2014

SER IGNORANTE Y DESPOTA





En ocasiones me da vergüenza ser española y lo digo solo por el echo de cruzarme con personas por este mundo tan ignorantes y déspotas como con la que el otro día tuvo que hablar el hermano de José Fernández.Buscando por la red localice el numero de teléfono del CRE (consejo de residentes españoles en Bolivia) y se lo pase a Manuel para que intentara hablar con Jose Melchor Mansilla Consejero del Consejo de Reidentes españoles en Bolivia pero coincidio que este señor estaba en Madrid y en su lugar se puso otra persona con unos modales pesimos y unas maneras dignas de un despota que no tiene ni puta idea de lo que es pasar necesidades en su puñetera vida.

Diciendo que José no estaria tan retrasado cuando se metio en cosas del narcotrafico que sabra este hombre de por lo que estamos pasando cuando aceptamos estos viajes sin retorno en la mayoria de los casos.

La mayoría de las personas que nos metemos en esto es porque estamos en situaciones limite que no podemos tirar ni para delante ni para detrás y nos hagamos a un clavo ardiendo si pensar en las consecuencias y si a las personas sin ninguna discapacidad nos lían y nos convencen imaginaos a ese pobre chico.

Parece mentira que siendo compatriotas en tierra estaña tendríamos que echarnos una mano los unos a los otros no tirarnos tierra por encima y mas en la situación en la que esta José haya cada uno con su conciencia no?